¿Miedo dices?

— ¿No tuviste miedo?
— ¿Cómo? ¡Te olvidas de que estás hablando con un especialista en miedo! Las sombras, los escalofríos, son mi especialidad.
— ¡Bueno, los payasos no se pasan todo el día riendo! Podrías tener miedo de vez en cuando, ¿no?
— Bufff, nada que ver, nada que ver.
— ¿Y qué ocurrió con la chica que se escondía en tu corazón?
— Nunca regresó, entonces la reconstruí con los maravillosos recuerdos que me dejó y con granos de sueños que ella sembró un poco por todas partes de mí antes de marcharse. Modelé una esquina de mi sobra a su imagen, igual que Gepetto con Pinocho, pero en versión enamorada, salvo que yo nunca logré darle vida realmente. Sin embargo, ella aún me ilumina, y en ocasiones me quema porque no la olvido.

Versos prestados

Bendita la tranquilidad buscada por tu alma. Te acompaña, y yo la percibo. Tu voz es suave y delicada así como aterciopelada. Tus gestos faciales acompañan la suavidad de tu voz; y tus manos saben amoldarse a cada situación: bailan en el aire hasta señalar lo deseado, de tal forma que yo comprendo tu mensaje, y adicionalmente admiro sus formas.

~ Jota

Positive thinking

La historia de cómo, el día que menos lo esperabas y de la forma más casual, encuentras tu camino. No sabes como terminará, pero sabes como empezó, puede que el de hoy parezca sólo un pequeño paso, y de hecho, puede que lo sea, pero está dado y no necesitas ver el camino completo para darlo, el resto aparecerá a medida que caminas.

Versos prestados

Roma arde, dijo mientras se servía otra copa. Y sigo hundido hasta las rodillas en este río de mierda . Aquí llega, pensó ella, otra diatriba empapada en whisky sobre lo maravilloso que era todo en el pasado, sobre como nosotras, pobres almas perdidas, nacimos tarde para ver a los Stones o para esnifar coca como ellos en el estudio 54. Parece que todos nos hemos perdido todo aquello por lo que merece la pena vivir. Y lo peor de todo era que ella estaba de acuerdo con él.

Aquí estamos, pensó ella, en la cima del mundo, en el límite de la civilización occidental, y todos nosotros estamos tan desesperados por sentir algo, cualquier cosa, que seguimos chocando unos contra otros y jodiéndonos el camino hasta el fin de los tiempos.

Regalos inesperados

Querida amiga, hoy ha sido un día horrible. No sabría decirte con exactitud qué lo ha hecho tan malo, pero ha sido horrible. O mejor dicho, lo estaba siendo hasta que tú has llegado a él.
Quizá no vuelva a verte jamás, probablemente nunca conoceré tu nombre, ni tú el mio, seguramente nunca llegues a explicarme cual era la historia tras esa preciosa sonrisa que lucías, pero gracias por compartirla conmigo. Ha sido el mejor regalo que me han hecho en mucho tiempo.

Te quiero.

En fin… Qué decirte a estas alturas que no sepas… Te quiero, ya lo sabes, nunca te lo había dicho pero creo siempre que te lo he demostrado. Has estado ahí siempre para mí, para dejar que me apoyase en tu hombro cada vez que he tropezado, para tenderme tu mano siempre que he caído, para llorar conmigo cuando me ha hecho falta, y para reír a carcajadas cuando he estado feliz.

La verdad, siento que estas palabras son ínfimas en comparación con lo que me has dado durante todos estos años y me siento impotente por no poder darte más, aunque sé que tú no necesitas estas cosas… En fin, no quiero alargarme más, gracias por todo.

Te quiero, música.